viernes, 24 de diciembre de 2010

Una Navidad medieval

Estoy en mi casa, en La Granja, ayer nevó. Miro por el balcón y está precioso. Los tejados, los árboles, las montañas, están nevados y aunque el sol intenta salir para contribuir con su luz al hermoso paisaje, fuera hace frío, unos 2 o 3 grados bajo cero. Gracias a la calefacción en casita estamos calentitos a unos 21 grados y arrebujaditos en el sofá con la manta… mmm, se está mucho mejor.
Hoy es Nochebuena y rebuscando información para mi siguiente novela entre una pila de gruesos libros, no puedo evitar el pensar en cómo sería una Navidad de hace digamos 800 años…

… cierro los ojos y aspiro hondo, cuando los vuelvo a abrir, estoy en Sestao, en Barcelona, en Córdoba, en Aranda de Duero, en Madrid, en Valladolid, en Burgos… estoy en Covarrubias, en Castellón, en Sos del Rey católico, en Ayllón, en Bilbao, en Lérida, en Carrión de los Condes, en Málaga, en tantos y tantos lugares de los que me llega vuestro cariño y por supuesto, estoy en Segovia… Ayer también nevó y en la calle también hace frío, mucho frío. Voy caminando hacia mi casa, el suelo esta embarrado como siempre que llueve o nieva, huele a humo por toda la villa, es un olor agradable el de la madera quemada, de solo olerlo ya casi uno entra en calor, pero solo casi. Gracias a un buen puñado de sal que mi mujer atesoraba para el día de hoy, he podido adquirir un conejo y una hogaza de pan de centeno, no nos llegaba para el de trigo. Ella cocina muy bien y lo va a guisar con avena, cebolla y zanahorias. Va a ser todo un festín como el que hace un año que no tomamos.
Me paro a hablar con un amigo muy querido para mí en el soportal de una iglesia en el que muchos menesterosos, mendigos, lisiados de las guerras por Castilla y sus familias, piden limosna por el amor de Dios. Ellos son menos afortunados que nosotros y pasarán la noche en el frío interior de la iglesia pues carecen de hogar. Están cubiertos de harapos, de pelos enmarañados, piojos y pulgas, de heridas, de suciedad, de dolores indecibles para los cuales no existe cura ni alivio, salvo que se sea un rico magnate. Un niño con la carita triste, tiznada y con moquillos hasta los labios, tira de mi jubón, me señala a su padre que tirita de frío, y me dice que su madre ya murió. Le he dado casi media hogaza de pan, nosotros ya nos apañaremos.
Me despido de mi amigo y vuelvo al barro de la rúa, hay que tener cuidado donde se pisa pues hay quien no tiene corral tras la casa y arroja… desagradables restos a la calle. Tengo los pies húmedos y helados, llevo cinco años con las mismas botas, son de buen cuero y las doy manteca a menudo, pero tienen un agujerillo por donde se me mete el agua, a ver si hay trabajo en el campo este año o alguna razia contra los moros tras la primavera y consigo ahorrar algún dinero, he oído que el rey nuestro señor Alfonso VIII quiere romper las treguas con los moros, ya veremos.
Ya casi llego a mi casa, mi vecino es muy pudiente, tiene buena casa de dos plantas y de piedra con muchas ventanas y dos chimeneas, paso junto a su hija que cuida de los cuatro cerdos que poseen, un tesoro de 16 patas.
Abro la puerta de mi casa. Mis hijos, mis padres y mi mujer están hablando junto al fuego del hogar, trabajé muy duro para tener llena la leñera y ahora ese trabajo da sus frutos. Las mujeres cosen o preparan la comida, con recios mantos de invierno, es lo que tiene el fuego que calienta la cara mientras las espaldas se hielan. Da gusto estar en casa, huele a comida, a la madera de las vigas, a la paja de los techos, el suelo de tierra es sólido en vez del maldito barro de fuera. Mi padre está tallando con su cuchillo un hombrecillo en madera para mi hijo, el niño le observa con devoción. Miro a mi padre y le admiro al hacerlo, ¡qué difícil tuvo que ser la vida para él! Y qué mayor está, tendrá cerca de 45 años, doy gracias a Dios por volver a pasar una Navidad junto a él y junto a toda la familia.
Mi mujer ya ha cerrado las 2 ventanas de la casa pues entra un frío horrible y la única luz es la de la lumbre. Esta noche arrimaremos la mesa al fuego, nos abrigaremos bien y comeremos como reyes, luego cantaremos y los abuelos contarán historias de su niñez, de las batallas contra los moros, contra los otros concejos, contra los nobles contra todo el que ose convertir Segovia en una villa de siervos. Luego, ya muy tarde iremos todos a misa del Gallo, esperemos que no pase como el año pasado que un idiota echó una calda demasiado fuerte a la chimenea y por poco arde toda la villa, ¡Menuda noche de Navidad! Corriendo entre la nieve acarreando agua de los aljibes… en fin, esperemos que no.
Miro a todos juntos junto al fuego y de nuevo doy gracias a Dios nuestro señor por la salud y vida que nos ha dado, somos afortunados y agraciados por Él. Cierro los ojos…

…Cuando los vuelvo a abrir veo las luces de colores que brillan intermitente en el Belén de nuestra casa, qué calorcito hace y qué bien se está, miro a mi mujer y me sonríe ¡Qué afortunado y agraciado de Dios soy por tenerla, por la familia que me ha dado y por la vida que tengo… y es Nochebuena. No puedo evitar el pensar que en medio de esta feroz crisis que arrodilla a España, en algún lugar alguien estará pasando una Navidad medieval, no puedo evitar pensar que fuera de las fronteras de nuestro país mucha gente también. Pido a Dios que les ayude y que nos ayude a nosotros para que podamos ayudarles.

¡¡¡CON TODO MI CARIÑO OS DESEO UNA MUY, MUY FELIZ NAVIDAD JUNTO A LOS QUE AMÁIS!!! Pero no la Navidad consumista que nos venden los supermercados y ese anuncio de Cocacola viviente que llaman “papanuel” sino una Navidad con lo que esa palabra conlleva, nacimiento, nueva vida, ilusión, esperanza, ánimo, suerte, lucha y esfuerzo. Entre todos, excepto los políticos que nos esquilman, saldremos de esta.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

EL ORGULLO DE CASTILLA EN EL CORAZÓN DE FRANCIA


En el último capítulo de la novela Diego viaja a París junto con su señor Don Rodrigo Ximénez de Rada a pedir ayuda militar para la cruzada. Allí se entrevistan con Blanca de Castilla, hija de Alfonso VIII y futura madre Luis IX de Francia “San Luis”. Este rey, tan conocido por nosotros los habitantes de La Granja desde que somos pequeños, por ser patrón de nuestro pueblo, participó en la séptima y octava cruzadas siendo ambas un verdadero desastre para los cruzados, hasta el punto de morir el propio rey de en la 2ª de ellas cuando asediaban la ciudad de Túnez.
¿Y a qué viene este rollo? Si alguna vez tenéis la suerte de poder visitar París, quizá no os enseñen una de las JOYAS, que la ciudad custodia, está muy cerquita de la catedral de Notre Dame y no es otra que la Sainte Chapelle. ¡¡Una verdadera maravilla!! que muy pocas veces se enseña en los típicos ”tours” ¡¡Por favor no os la perdáis!! Vuestros ojos, vuestra respiración, vuestra propia alma jamás os lo perdonaría. Fue mandada construir por San Luis para albergar en ella las santas reliquias de la pasión de Cristo… imaginad por un momento que sois el rey de Francia en la edad media, que tenéis mogollón de pelas para gastar, los mejores constructores y artesanos a vuestro servicio y que ordenáis la construcción de un templo para guardar en él lo más sagrado de toda la cristiandad… ¿Cómo lo haríais? ¿Qué meteríais en su construción?... pues así es esta iglesia… i-ni-gua-la-ble.
Y qué sorpresa se lleva el moderno viajero español, y si es castellano (y se siente castellano más aún), cuando en la planta baja de tamaña obra se encuentra con columnas y columnas y techos y techos pintados de rojo con decenas y decenas de nuestro viejo pendón amarillo… sí… allí, en medio de París, uno se llena de emoción al contemplar las armas de Castilla mandadas pintar por el hijo de Blanca de Castilla, nieto de Alfonso VIII  vencedor en las Navas de Tolosa… pero hay más…
A unos noventa kilómetros de París se encuentra Chartres. Decir Chartres es decir CATEDRAL así con mayúsculas todo.
Os recomiendo encarecidamente su visita… os sentiréis pequeños de nuevo, os sentiréis emocionados de nuevo, os sentiréis impresionados… de nuevo… y de nuevo, Castilla se colará tímidamente, modestamente, en un huequín de este sueño medieval, concretamente en el gran rosetón norte aparecen las armas de Castilla pues este rosetón fue donado por Blanca de Castilla cuando era regente de Francia. Esos castillos cobre fondo rojo, esos pendones de Castilla son los que aparecen en la parte superior de la carátula del libro.
Y ya que estoy en la carátula dejadme que os cuente que también la parte de abajo, la de los 3 herradores herrando un caballo se encuentran en una vidriera de esta mágica catedral



La vidriera se llama “la Pasión tipológica” es enorme y fue donada por los herreros de Chartres, por eso aparecen ellos en la vidriera. Aquí os dejo un enlace por si queréis verla entera.


Cuando paseaba una tarde por esta catedral supe al instante cómo y cual iba a ser la carátula del libro, pienso que si Diego hubiera existido le habría gustado que fuese así.



martes, 14 de diciembre de 2010

¿Por qué hay un juego de la oca en la página 292 del hijo del herrador?

             Es un juego de la oca muy bonito que hicimos pacientemente, dibujo a dibujo, mi amigo Muñe y yo. En él, la casilla 1 es Segovia, la última Compostela (aunque cometimos un fallo al numerarla con un 63) En nuestro tablero, se ve Diego y Albán, a Diego trabajando en la catedral de León, a la familia de vidrieros que asesinan unos asaltantes, a estos asaltantes ahorcados en Órbigo, se ve a Diego convaleciente tras haber sido atacado por los bandidos, un muñeco de nieve “medieval” representando la enorme tormenta de nieve que casi les cuesta la vida a Diego y Albán, se ve el monte Cebrero y al fin el monte del Gozo con Santiago al fondo… ¿Por qué hicimos este tablero para representar el camino en él?

El Camino de Santiago, es una ruta milenaria, aunque no nació en la Edad Media. Sin embargo con el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago, gentes de toda Europa comenzaron entonces a peregrinar hacia Compostela con fines diversos, como penitencia por sus pecados, como promesas hechas al Apóstol a cambio de que este les concediera algún bien, había incluso “peregrinos profesionales” que se dedicaban a realizar el camino por encargo de alguien que se lo pudiese pagar, claro.
En aquella época había muy pocos caminos o viejas calzadas romanas, en mal estado y solo eran transitables con buen tiempo pues los peregrinos iban generalmente a pie. Aquellas valerosas personas que dejaban sus hogares, analfabetos, con sus pocos bienes en un atillo, provenientes de todos los reinos del orbe cristiano y movidos solo por su fe se enfrentaban a todo tipo de peligros y situaciones de lo más dispares. El camino que actualmente hacemos con absoluta seguridad, era entonces tan peligroso que los peregrinos hacían testamento antes de partir de sus hogares por si no volvían jamás, cosa que bastante a menudo ocurría. Para protegerlos, órdenes militares como los templarios “patrullaban” el camino para intentar “limpiarlo” de asaltantes los cuales solo tenían que esperar a que pasase un peregrino para robarle.
Vivir en la edad media era INFINITAMENTE difícil, nada que ver con lo que nos muestran las pelis. Vivir en la edad media era una aventura en sí misma, ahora tenemos hambre abrimos el frigo y comemos, no tenemos que preocuparnos de qué vamos a comer mañana, es obvio que vamos a comer mañana, en esa época no lo era, el hambre era algo tan común como el día y la noche. Ahora si tenemos frío en invierno ponemos la calefacción, damos la luz por la noche, si nos ponemos malos vamos al médico, las condiciones en que nuestros antepasados vivían eran enormemente duras, muy muy pocos sabían leer o escribir, y por tanto para ellos eran muy importantes los símbolos que veían e interpretaban como nosotros podemos hacer ahora por ejemplo con la @ o las señales de tráfico o la cruz de una farmacia, con un semáforo o ¡los “emoticons J L”!


Y ahora que sabemos esto vamos al juego de la oca. El juego de la oca atesora en su aparente inocencia infantil todo un compendio de simbolismo, numerología,  símbolos de los constructores de catedrales y Kábala… es un juego básicamente simbólico pues los símbolos eran lo que la gente de la edad media recordemos, sin saber leer ni escribir, mejor entendían. Como más  ejemplos de esto tenemos las iglesias y catedrales donde talladas en piedra están las historias de la Biblia para que aquellas gentes las pudieran conocer y entender, o las numerosas y famosas “marcas de cantero” una seña particular que cada cantero hacía en una piedra para que luego pudiera cobrarla.
En mi opinión personal, el juego de la oca es una especie de guía del camino en el que se pone en conocimiento de aquellas gentes los peligros a los que se podía exponer el peregrino. Pero voy con los símbolos del juego de la oca.
En el juego de la oca hay 63 casillas más una final, en la según las reglas hemos de entrar con el nº justo para ganar, con esa casilla final, siempre sin numerar, hacen un total de 64 casillas. El camino de Santiago desde Saint- Jean pied de port hasta Compostela podía hacerse en 32 días, con lo que la ida y la vuelta hacen 64 días, 64 casillas… añadiré aquí que curiosamente, las mismas casillas que tiene un tablero de ajedrez. De todas esas casillas, las de las ocas son siempre fijas y siempre en el mismo número, los dados siempre están en los mismos números, así como los puentes, la muerte, el laberinto, la posada, la cárcel y el pozo. Vamos con los símbolos que se repiten en cualquier tablero:

-La espiral del tablero es un símbolo ancestral del ser humano ya representado por los hombres primitivos y por los celtas que habitaban en buena parte de España. Es un símbolo solar. Aquí en Segovia hay la tradición de ir a una la romería de Juarrillos que se celebra la madrugada de la noche de San Juan, decimos los segovianos que esa madrugada se ve al sol salir dando vueltas… no, no es efecto de los carajillos y demás bebidas espirituosas, es un efecto óptico que hace que tras mirar mucho tiempo al sol, la luminosidad de este provoque “la visión” de que sale en espiral, dando vueltas. Lo podéis comprobar cualquier día al amanecer mirando fijamente al sol

-Las ocas: De oca a oca ¿Por qué ocas?  Los antiguos las consideraban animales perfectos pues podían moverse en tres de los 4 elementos, tierra, agua y aire… aunque ¿Quién dice que no atravesaban el cuarto, el fuego al final de su vida para servir de alimento?  J esto es broma…
A lo largo del Camino de Santiago y en todas las regiones que atraviesa nos topamos con lugares cuyos nombres son “casualmente” oca u algo parecido, como por ejemplo: ríos Oca, Oza u Oça, Oja, montes de Oca, valles de Oca, los montes de Oca, Nanclares de la Oca, Villafranca de montes de Oca; valles y ríos de Anso y Ansón, la sierra de Ancares o Ançares; la población de El Ganso…

Los puentes: “De puente a puente y tiro por que me lleva la corriente”.
En una época sin carreteras y muy pocos caminos, encontrar un río era un enorme obstáculo para el peregrino. Encontrar un puente (caer en un puente) te podía hacer avanzar muchas jornadas… o retroceder pues aunque los peregrinos estaban exentos de pagar pontazgo (una especie de “peaje” que hacían pagar por usarlo los propietarios, del puente: monasterios, señores feudales, las propias villas…) los pontazgueros sin escrúpulos podían hacer que si no pagabas no pasaras y si no tenías dinero, había que trabajar para conseguirlo y por tanto perder jornadas.

Los dados: “De dado a dado y tiro por que me ha tocado” Es la fortuna obviamente, el azar, la “baraka” que llamaban los árabes (de ahí viene nuestra palabra baraja) totalmente necesaria para acometer cualquier empresa.

La posada: Quien cae en la posada pierde un turno, pierde tiempo ¿Por qué? De nuevo el vil metal… En aquella época la mayor parte de la gente viajaba con el buen tiempo, hacerlo en invierno, con las alimañas hambrientas acechando o con los ya de por sí peligrosos caminos embarrados era algo de locos. Por ello, desde la primavera los caminos se llenaban de peregrinos, clientela fácil. Las escasas posadas se llenaban hasta los topes (quizá mejor dicho hasta las cuadras) y al haber mucha demanda los posaderos subían los precios. Por otra parte el descanso si es mucho, es malo, es un retraso para llegar a Santiago.

El pozo: Quien cae en el pozo no puede salir hasta que alguien más caiga en él. Por lo que según se mire (si estás dentro o fuera) es una suerte o una terrible desventaja. Encontrar agua en aquellos caminos no era tan sencillo como pasear por el campo encontrar un río y beber, en las etapas de Castilla por ejemplo había (y todavía hoy es así) kilómetros y kilómetros sin un solo curso de agua. Encontrar un pozo para beber o un manantial era una bendición, pues a menudo el agua era lo único que caía en los estómagos de aquella gente pobre… pero y si el agua no era potable… aquí la suerte cambia y el desdichado que bebía aguas malas se ponía gravemente enfermo, debiendo ser ayudado por otros para no morir.

La cárcel: En aquellos duros tiempos, muchos peregrinos debían recurrir a la picaresca para sobrevivir. La cárcel del juego es una advertencia de que si cometían delitos podían acabar en una mazmorra… ¡medieval!… nada que ver con las actuales cárceles. Pensemos que, como dice Ken Follet, cualquier preso de hoy, excepto por carecer de libertad, vive con mayor confort que cualquier rey de aquella época.

El laberinto: Hoy hay flechitas amarillas indicando el camino hacia Compostela, se encuentran por todos lados, también hay carteles y sino… pues preguntas. Hace mil años obviamente nada de esto existía y no todo el mundo hablaba tu idioma. Cualquiera que quisiera peregrinar tenía que saber que además de la dureza y peligros del camino había de enfrentarse a un verdadero laberinto, aquella gente se perdería sin duda muchas veces hasta llegar a la vereda buena. Por eso quien cae en el laberinto retrocede. Decir aquí que en algunas catedrales (con la maravillosa de Chartres, Rávena u Orleans) tienen trazados laberintos que las gentes con muy poco dinero, muy poca salud o ambas cosas, recorrían de modo simbólico a guisa de “peregrinación reducida”

La muerte: Último peligro antes de llegar al fin. Si caes en ella el jugador vuelve a empezar… la muerte…siempre presente en aquellos terribles y duros tiempos. El camino no era una excepción y acechaba al caminante en cada recodo. Cualquiera que marchase hacia la tumba del Apóstol era consciente sabedor que podía dejar la vida en el intento, hasta tal punto que hacían testamento antes de partir, como Diego hace en la novela antes de salir de Segovia.

…Ahora vamos a dar otra visión, diferente, al juego de la oca…
Veréis, existe un conocimiento que lamentablemente hoy hemos perdido, pero que impregnaba y dominaba la vida de la edad media, en la actualidad se puede llegar a intuir incluso pero para ello se ha de hacer el Camino y vivirlo. Os hablo de los conocimientos, de la sensibilidad con respecto a su entorno que tenía el hombre medieval, aparentemente rudo, simple, inculto, salvaje, incivilizado… y capaz de construir las estructuras más increíbles de la historia y en una profusión nunca antes conocida, las iglesias y catedrales. Para el hombre medieval (como indiqué arriba) la simbología le era tan cotidiana como para hoy nosotros es la lectura, los ordenadores o la tele. ¿Y dónde la plasmaban? ¿cómo llegar a “informar” a la mayor cantidad posible de gente? Pues donde todos iban sin remedio, por donde todos, todos sin excepción pasaba, en las iglesias y catedrales. Son un libro abierto para quien sepa leer en ellas. ¿Nunca os habéis preguntado que significado tendrían los símbolos y escenas representados en capiteles, canecillos, o pórticos de las iglesias? Para ellos estaba clarísimo, era “el periódico en el que leían” pues bien, a esta simbología física, tallada en la piedra hay que añadir dos. Una sobretodo muy, muy, muy importante, la espiritual, la religiosa… Aquí cambia un poco el cuento y… el juego de la oca:
Las ocasDeciros que muchas civilizaciones la han tenido por animal sagrado, egipcios, romanos (para estos eran protectoras del hogar pues alertaban de la llegada de extraños con sus graznidos y los sacerdotes usaban su vuelo, sus vísceras y sus graznidos como oráculo) celtas… para vuestro conocimiento, deciros que si vais a la catedral de Barcelona podréis ver en su claustro un grupo de ocas que desde tiempos inmemoriales viven allí. La pata de la oca se asemeja a la venera (la concha del peregrino que en la edad media solo se hallaba en las costas gallegas) Casualidad o no, en puente la reina hay un Cristo crucificado en una cruz en forma de pata de oca

La muerte… ¿Para qué buen cristiano que se precie la muerte es el final? ¡Para ninguno! La muerte es el principio de la nueva vida, de la resurrección, por eso quien cae en la muerte vuelve (como no podía ser de otro modo) al principio. A una NUEVA vida, a una nueva jugada.
El pozo… caer en él supone permanecer allí hasta que alguien caiga también y te rescate, simboliza por tanto el pecado, caer en él y la redención, ser perdonado por otro buen cristiano capaz de sacrificarse por ti para que tú salgas del pecado
 El puente… ¿Quién es el Sumo Pontífice? El Papa ¿Verdad? ¿Nunca os habéis preguntado de donde le viene ese nombre? Él, es quien une las dos orillas, la divina y la humana, cruzar el puente supone pasar de un mundo al otro, supone vivir, aprender, esforzarse, luchar… no siempre avanzar, a veces retroceder
La posada, el descanso, el solaz… la pereza… el perezoso debe pagar  por su pecado,  por eso se pierde un turno
La cárcel… no hay justicia mayor que la divina, si pecas pagarás…

            Pasemos ahora a la numerología, los números del juego de la oca no son casuales en absoluto:
En el juego, hay 13 + 1 ocas. Si os fijáis en un tablero, las ocas ocupan las casillas 5, 9, 14, 18, 23, 27, 32, 36, 41, 45, 50, 54 y 59, es decir, se alternan los cincos y los nueves, en un intervalo de cuatro y cinco casillas entre ellos, lo que suma nueve, siempre 9, el número opuesto al 6 ¿recordáis que el 666 es el nº de la bestia, el del mal? Aquí el 9 simboliza el bien y el total de las casillas 64 suman 10, el número perfecto, además 1 más 0 suma 1,  la unidad, Dios, el centro del Universo, el comienzo y el fin. El juego empieza en el 1 y acaba en el 1. Como no podía ser de otra manera, nosotros, pobres mortales, peregrinos de este mundo, de Dios venimos… y a Dios vamos…

Quizá todo esto os parezca casual o rebuscado, la numerología y la kábala son ¡impresionantes! y desde siempre se han estudiado, (muchísimo por cierto por los judíos de la España medieval) el tema es laaaaaargo y apasionante, sirvan estas breves pinceladas para deciros que ahí esta.

Comentaros finalmente que hay quien dice que el juego de la oca tiene su origen en los caballeros templarios, ¿Quién sabe? yo… ni quito ni pongo rey, solo os digo que los templarios, entre sus superestrictas normas tenían totalmente prohibidos los juegos de azar y que se ha encontrado algo parecido a un juego de la oca, con una especie de jeroglíficos, se llama el disco de Phaistos y está en un museo en Grecia… por si queréis saber más.

Se acabó, espero no os haya resultado tedioso y sí interesante.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Enlace a la primera mitad de "El hijo del herrador"

Aquí os dejo los primeros capítulos de la novela más leída en mi casa. Solo son 300 páginas.
Espero que os guste.
El hijo del herrador, primeros capítulos

¡¡¡Bienvenidos seais a aquesta mi humilde morada!!!!

¡Al fin! Tras muchos meses, muchas más semanas e incluso algún año, por fin puedo estar en el para mi desconocido mundo de los "blos" ... vaya palabro.
Esto jamás hubiere sido posible sin la ayuda de mi querido amigo y compañero de tantas batallas "Eledi" (anteriormente conocido como Edi, a secas) Gracias de nuevo camarada. Dicho esto, aquí comienza una aventura que aún no sé dónde acabará, pero ya lo iremos viendo.

Seguiré haciendo pruebas con este invento y con mi característica, a la par que proverbial torpeza, con las modernidades estas (ingenios, sin duda alguna, de Satanás).